«Antroposofía es un camino de conocimiento que quisiera conducir lo espiritual en el ser humano a lo espiritual en el universo.»
Rudolf Steiner
Antroposofía es la sabiduría del hombre o lo que el hombre puede saber.
Es una ciencia que se refiere tanto al mundo de los fenómenos sensorios como a la realidad invisible detrás de estos fenómenos.
Investiga estas realidades haciendo del alma humana su instrumento de investigación.
El hombre es objeto y herramienta de investigación al mismo tiempo.
La Antroposofía es un método y no una doctrina de revelación, tampoco una religión.
La Antroposofía indica el camino de autoeducación para despertar las facultades de percepción espiritual, latentes en cada alma humana.
Las causas del mundo físico se encuentran en esta realidad invisible o realidad espiritual.
La realidad en su conjunto abarca un número determinado de campos de existencia con sus respectivos moradores.
La existencia humana se despliega en algunos de estos campos, específicamente en el mundo físico, el mundo vital, el mundo astral
y el mundo espiritual propiamente dicho.
Estos mundos son objeto de la investigación antroposófica.
La Antroposofía describe las distintas jerarquías espirituales, su evolución y sus actividades por cuanto éstas intervienen en el proceso evolutivo del hombre.
La máxima intervención espiritual en el mundo planetario y humano ha sido la del Cristo.
Su aparición en la Tierra es el eje y el centro de la evolución, tanto cósmica como humana individual.
A partir de sus propias fuentes la Antroposofía revela aspectos esenciales del misterio de la vida del Cristo en Jesús de Nazaret.
Señala que la actuación del Cristo en la Tierra no quedó limitada a los tres años en Palestina; el Cristo acompaña y acompañará, en forma no física pero no obstante concreta y determinada, las dife-
rentes etapas del presente y futuro de la humanidad.
En contraposición a las ciencias naturales de nuestra época y en concordancia con la sabiduría de tiempos antiguos, la Antroposofía ubica al hombre en el comienzo de la evolución cósmica.
La existencia de nuestro cosmos comenzó con la aparición del hombre en un forma netamente espiritual.
A esta forma espiritual se agregaron por procesos de densificación, en sucesivas etapas de la evolución cósmica, las formas astrales, etérico-vitales y físicas.
Aplicando otro enfoque puede decirse que el hombre se compone de cuerpo, alma y espíritu.
Con su cuerpo el hombre participa en la realidad físico-sensoria, con el alma en el mundo anímico y con su espíritu en el mundo espiritual.
Por consiguiente se amplía la perspectiva más allá de la vida física hacia una existencia prenatal y postmortem, dentro de una sucesión de vidas terrestres repetidas.
El destino se revela como algo que el hombre elige para corregir fallas cometidas y allanar el camino de su paulatino perfeccionamiento en el futuro.
La visión del destino humano, por lo tanto, no es pasiva sino activa.
La existencia del hombre tiene un origen, una orientación y una meta definidos; por ende tiene un sentido.
La Antroposofía contesta hasta las más profundas preguntas del alma humana: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?